Se encuentra en la Playa Jobos y tiene alrededor de unos 30 pies de profundidad. Es muy frecuentado por los turistas porque en esta belleza natural cobra vida una leyenda peculiar. Además, el Pozo de Jacinto da a acceso a un panorama espectacular donde se puede apreciar el Océano Atlántico y la Playa Jobos en su totalidad.
De acuerdo a la leyenda que hace mucho tiempo había un campesino llamado «Jacinto» que llevaba las vacas a comer por esa área. Jacinto amarraba a una de las vacas a su cintura y un día de mal tiempo la vaca se asustó por los truenos y corrió hasta caer al pozo llevándose a Jacinto consigo. «Jacinto, dame la vaca», esa es la frase que gritan los visitantes cuando se acercan a la orilla del pozo. Por este motivo, se dice que cuando uno dice la frase, la marea se agita o, mejor dicho, Jacinto se enfurece y hace que el mar moje a los visitantes.
Si te interesa visitar este hermoso lugar, recuerda ser muy precavido al acercarte al pozo. El viento es bastante fuerte y las piedras son filosas, por lo que se recomienda utilizar calzado cómodo cerrado.
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